miércoles, 17 de octubre de 2018

Introducción

¿Qué es lo que nos hace personas? ¿Son nuestros brazos, nuestra herencia de mamíferos? ¿Nuestra simetría bilateral?
¿Podría haber personas con tentáculos, personas que vivan para cavar unos túneles infinitos, que en vez de piel tengan escamas? ¿Podría haber personas cuya existencia no transcurra en los mismos ejes espaciales que la nuestra?
¿O tal vez son otra cosa? Tal vez lo que vive en esos mundos, demasiado lejos para imaginarlos, demasiado pequeños para creer que existen, demasiado rápidos para creer que tuvieron lugar, no sean personas. Si, hasta en la misma especie, a veces nos cuesta considerar a nuestros congéneres como iguales, ¿Cómo no vamos a pensar lo mismo de criaturas que ni siquiera están basadas en el carbono ni conocen las bondades de la palabra escrita?

Pero yo creo que sí. Yo creo que lo que nos hace personas no tiene que ver con cuantas extremidades tengamos, o cómo nos desplacemos por nuestro mundo. Las personas pueden ser personas independientemente de su estado físico y sus prioridades durante su existencia. Creo que aunque no se entiendan, aunque no se reconozcan como iguales, las personas tienen un lugar, y tienen una razón de ser.

Este blog va sobre esas cosas que nos hacen ser personas. Sobre las historias de personas que, tal vez no sean como nosotros... Pero no hay duda de que, a la hora de la verdad, son iguales.

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